sábado, 17 de enero de 2015

Begin again Capítulo 7: El intruso.


Era una de las pocas mañanas en las que Kyungsoo se permitía quedarse hasta tarde en su cama sin hacer nada. La celebración del nuevo año lo había dejado agotado y a pesar de ser medio día seguía en pijama, acostado en su cama, despierto, mirando el techo, sin hacer mucho por la vida.

Había descubierto que Sehun era una persona agradable después de todo, aunque parecía que solo pensaba en conocer personas para llevárselas a la cama. Era un poco preocupante que fuera tan suelto para esas cosas teniendo dieciséis años y tomando en cuenta que obviamente no sería de las primeras veces. Como sea, era un chico maduro, quizás demasiado, encantadoramente amigable, sin embargo a Kyungsoo le daba la impresión de que ese chico nunca había hecho el ridículo en su vida, y no se refería a pasar una gran vergüenza, más bien, hacer locuras sin pensar en los demás.

Buscó con la mirada su celular para mandarle un mensaje a Baekhyun o a JongDae, pero éste se encontraba en su escritorio, si quería conseguirlo debía estirar su brazo. Desistió porque se sentía demasiado flojo para tan cansadora tarea.

Recordó las dos ocasiones en las que celebró el año nuevo con JongIn, la primera con la familia del moreno donde se divirtió mucho con los juegos que tenían preparados, en especial la competencia de “Just Dance”. La segunda la pasaron solos en la casa del menor limpiando la casa después de una fenomenal guerra de comida, aquella que fue solo entre los dos y que cuando los demás llegaron simplemente les dijeron que ordenaran antes de irse a otro lugar. Disfrutó ambas ocasiones.

Escuchó el timbre y rogó con todas sus fuerzas que su madre se levantara para abrir la puerta porque Kyungsoo estaba muy a gusto en su cama, calentito y cómodo. Nadie sería tan importante como para hacerlo salir de aquel lugar, ni siquiera el presidente.

-¡Yo atendí la última vez!-

Mierda, su madre lo puso en jaque. Resignado se levantó y agarró un abrigo mientras se ponía pantuflas. Por fuera parecía como si no le importara pero en su mente estaba matando a garabatos al ser que interrumpió su momento de placer. Bajó las escaleras y abrió la puerta sin siquiera revisar quién era.

-¿No es muy tarde para seguir en pijama?-

Kyungsoo alzó una ceja mirando al joven frente a él. Cerró la puerta.

-¡Abre la puerta antes de que muera congelado!- Kyungsoo apoyó su espalda contra la puerta, cruzándose de brazos -¡Kyungsoo!-

-¡Vete! ¡No quiero verte!- Le dijo sin moverse. El otro golpeó la puerta varias veces para intentar entrar. De pronto los golpes cesaron, Kyungsoo sonrió porque había ganado la batalla. Escuchó los pasos de su madre quién bajaba rápidamente la escalera y que en esos momentos ya había llegado a su lado.

-¿Por qué no le abres?- Le preguntó Sora, la madre se Kyungsoo.

-Hace dos días quería acostarse conmigo- Se excusó Kyungsoo. Sora hizo una mueca y empujó a su hijo lejos de la puerta antes de abrirla.

–Hola guapo, pasa-

Sehun entró con un paso elegante, como si hace unos momentos no hubiera gritado como loco mientras golpeaba la puerta. Llevaba dos maletas bastante grandes que Kyungsoo no había visto antes, y eso hizo que se diera cuenta de lo que estaba sucediendo.

-No, no, no y mil veces no- Dijo agitando las manos. Su madre lo ignoró al igual que Sehun y ambos subieron las escaleras hacia la habitación de Kyungsoo -¡No pueden hacerme esto!-

-Sehun quiere terminar sus estudios en un buen lugar ¿Y qué mejor lugar que el instituto donde estudia el pequeño Soo? Su casa queda lejos así que vivirá con nosotros hasta que termine sus estudios- Explicó su madre cuando los tres entraban a la habitación. Sehun inmediatamente dejó caer sus maletas y se tiró en la cama del mayor -¿No es genial?-

-¡No lo es!- Se quejó Kyungsoo.

-Me gusta ésta cama, me la quedaré- Dijo Sehun mientras se acomodaba. Kyungsoo casi, casi le salta encima y lo ahorca, pero Sora lo atrapó por los brazos antes de que lo hiciera. –Huele a hyung, definitivamente exquisito-

-¿Vas a dejarme vivir con éste acosador?- Le preguntó Kyungsoo a  Sora. Ella asintió mientras abría las maletas y sacaba algunas camisas de Sehun, caminó hacia el clóset de Kyungsoo y con un movimiento de brazo hizo un espacio para las camisas. -¿Me estás corriendo de mi propia habitación?-

-¿Cómo se te ocurre? Dormirán juntos-

Kyungsoo quería suicidarse en ese momento. Alguien allá arriba lo odiaba a morir, sólo eso explicaría la razón por la que Sehun estuviera ahí, en su cama, mientras Sora acomodaba la ropa del menor con la suya.

Sehun le agradaba… de lejos. Desde año nuevo no lo había visto y agradeció mucho aquello porque el menor era algo obsesivo con él. Kyungsoo recordaba claramente todas las insinuaciones del rubio, en total fueron cincuenta y cuatro. También recordaba la barrera de almohadas que hizo después de alejar las traviesas manos de Sehun de su trasero, además de que cuando dieron las doce lo abrazó por lo menos unos diez minutos invadiendo su espacio personal lo más posible, lo peor es que nadie lo ayudó a liberarse.

Vivir con aquel pervertido, por unos dos años, durmiendo en la misma cama, viéndolo en la casa y en el instituto…

El mayor de los chicos tomó una muda de ropa y se dirigió hacia el baño. Le puso pestillo y se aseguró tres veces de que la puerta no abriera. Se duchó rápidamente, secándose y vistiéndose en el mismo baño. Para su perturbación, cuando abrió la puerta Sehun entró corriendo porque había intentado derribar la puerta pero como Kyungsoo la abrió no alcanzó a detenerse y pasó de largo.

Ni se aseguró de que siguiera con vida, fue hacia su habitación, buscó un abrigo, su billetera, las llaves y su celular. Sehun apareció con esa sonrisa arrogante que tanto detestaba Kyungsoo, para su desgracia no se veía lastimado.

-¿A dónde vas?- Le preguntó.

-Lejos de ti, pervertido- Le respondió pasando por su lado. Sehun le agarró el brazo.

-No te vayas, prometo que me portare bien, pero no te vayas- Los ojos del rubio gritaban “Te follaré a penas pueda” así que Kyungsoo se liberó del agarre y salió de su casa. Sacó su celular y buscó entre sus contactos el número de JongDae, la pantalla sufría los golpes del dedo índice de Kyungsoo.

-Voy para tu casa- Le dijo cuando JongDae atendió la llamada, no esperó una respuesta y cortó.

Se demoró unos quince minutos en llegar a la casa de JongDae, ahora estaba limpia y no estaba alfombrada con adolescentes drogados lo cual era un alivio. El dueño de casa miró como su amigo tomaba un conejo de peluche por las orejas, lo ponía contra la pared y comenzaba a golpearlo sin piedad. Si hubiera estado vivo, el conejo estaría desangrado por la violencia de los golpes.

-Ese me lo regaló mi mamá- La mirada de odio de Kyungsoo le dio un escalofrío –Continúa por favor-

Después de diez minutos del especial de lucha libre de Kyungsoo vs el conejo que la mamá de JongDae le regaló a JongDae, el ganador fue el conejo porque no se quejó en ningún momento, mientras que Kyungsoo estaba acostado en el suelo respirando agitadamente a la vez que balbuceaba unas cosas como “maldito pervertido”, “niño endemoniado”, “púdrete en el infierno de los rubios teñidos”.

-En otras noticias, Minseok no consiguió entradas para Dong Bang Shin Ki y está en depresión-

Kyungsoo se levantó y puso atención en su amigo por primera vez en todo el día. JongDae se veía bien, pero algo triste porque el chico que le gusta se sentía mal por no poder ver a su grupo favorito. Algunos lo encontrarían estúpido, pero cuando una persona pierde la oportunidad de ir a un concierto del grupo, artista, banda que le gusta es… horrible. Además de que cualquier persona que conoce a Minseok sabe que está enamorado de aquel grupo y que está orgulloso de ser su fanboy.

-¿Cómo está?- Le preguntó Kyungsoo.

-Quiere morirse, digo, no quiere matarse pero su dolor es así de fuerte. No sé si me explico- JongDae se revolvió el cabello –Supongo que tendré que animarlo o hacer algo así-

-Podrías intentar besarlo- Le sugirió Kyungsoo con una mirada picarona. JongDae negó -¿Por qué no? Si lo besas dejará de pensar en el concierto al cuál no irá-

-Lo perdería totalmente, Minseok no es homosexual- Kyungsoo no pudo ocultar su sorpresa al escuchar aquello –Lo estoy intentando, quiero conquistarlo pero no parece que no voy a ningún lado-

El menor se quedó en silencio, pensando en una forma de ayudar a JongDae. Su amigo siempre intentaba llamar la atención de Minseok, y a pesar de sus esfuerzos el otro no le hacía ni caso. Decidió que debería ocupar algo más fuerte para ayudar a JongDae, como intentar conseguir entradas para Dong Bang Shin Ki.

Un momento…

-¿En qué compañía trabaja Dong Bang Shin Ki?- Le cuestionó a JongDae apuntándolo con un dedo.

-En S.M Entertainment- Fue lo que respondió JongDae. Kyungsoo chasqueó los dedos y sacó su celular moviendo sus dedos a una increíble velocidad. -¿Qué haces?-

-Salvo tu inexistente relación con Minseok hyung- El tono de Kyungsoo hizo que JongDae hiciera una mueca de desagrado. Un, dos, tres timbres y la llamada fue contestada.

-¿Hyung?-

-Necesito que me hagas un favor-

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Al día siguiente Kyungsoo caminaba como zombie al lado de un sonriente Sehun, por supuesto, la noche anterior no había podido dormir con el rubio tan cerca de él e intentando tocarlo a pesar de estar dormido, parecía que Sehun era pervertido las veinticuatro horas del día.

Era el primer día de instituto de Sehun, por lo que muchos curiosos lo miraban intentando descubrir la razón de que un chico tan guapo entrara a medio año y junto a Kyungsoo. Tampoco es como si fuera extraño ver a Kyungsoo con chicos lindos, pero aquel rubio tenía el brazo alrededor de los hombros de Kyungsoo, y el mayor se había resignado a aquello.

Los rumores volaron, el primero fue de que Sehun era el nuevo novio de Kyungsoo, el segundo era que Kyungsoo intentaba poner celoso a JongIn con Sehun, el tercero era que Kyungsoo había quedado embarazado de Sehun (lo cual es biológicamente imposible) y por eso había terminado con JongIn, la cuarta era que eran amigos de la infancia y que JongIn lo había terminado por sentirse desplazado.

Demasiadas teleseries.

La cosa es que Sehun después de encontrar su salón tomó el rostro de Kyungsoo y depositó un beso en la frente del mayor antes de guiñarle el ojo, yéndose con una sonrisa triunfante mientras que Kyungsoo buscaba al conejo de JongDae en su mochila para desquitarse en un nuevo round de lucha libre.

Lo primero que notó Sehun cuando entró al salón era los diferentes grupos que habían, unos jugando cartas, unas chicas conversando, otros terminando deberes, algunos con el celular. En fin, se acercó a uno de los asientos vacíos que estaban al medio y dejó su mochila ahí. Inmediatamente pudo ver que se acercaron unos chicos, se dispuso a pensar muchas frases que lo dejaran como rey frente a los posibles matones.

-¿Eres nuevo?- Le preguntó uno con aspecto intimidante, era Tao. Sehun asintió –Bienvenido, soy Huang Zi Tao, el duende que está a mi lado es Park Chanyeol-

Chanyeol a los ojos de Sehun era un poco atemorizante, más con esa enorme sonrisa que llevaba en su rostro. Unas chicas se acercaron y comenzaron a preguntarle cosas para conocerlo, para sorpresa de Sehun, no le pidieron su número, tampoco su dirección o si quería algo con ellas, más bien, su nombre, edad, cumpleaños (lo agendaron en un calendario que tenían pegado en la pared posterior del salón para no olvidarlo y celebrarlo), la razón por la cual se había cambiado y por cuánto tiempo se quedaría.

Para Sehun, normalmente las chicas comenzaban las conversaciones con un “Hola guapo, ¿Cómo te llamas? ¿Quieres divertirte un rato?”. En cambio esas chicas no parecían interesadas en saber esas cosas. Otros chicos se acercaron, tenían aspecto de tímidos e inteligentes, más aquel chico que seguía leyendo inmerso en su mundo sin darse cuenta de su presencia.

Y todos se sentaron rápidamente cuando el timbre sonó anunciando el comienzo de la primera clase. La profesora entró con paso serio, dejó algunos libros sobre la mesa y miró a los estudiantes sin mucho entusiasmo.

-Buenos días estudiantes- Saludó con tono monótono. Los menores saludaron de igual manera –Veo que tenemos un nuevo compañero, qué desgracia. Ayúdenlo a ponerse al día porque no tendré piedad con nadie- Los estudiantes dijeron un “si” colectivo.

La puerta se abrió dejando pasar al chico más guapo que Sehun hubiera visto en su vida, eso explicaba la falta de atención hacia él ¿Cómo mirar a Sehun si estaba aquel dios en el salón?. Si Kyungsoo era hermoso, ese chico era un adonis. Tenía la piel morena, sus labios gruesos, un cabello negro que destacaba sus ojos y se notaba que su cuerpo estaba bien formado. El chico cerró la puerta y se acercó hacia la profesora quién estaba sentada en su mesa, la abrazó con cariño y besó su cabello.

-Déjese de estupideces joven Kai, ¿A qué se debe su tardanza?- Le dijo la profesora mientras se sacaba al joven de encima.

-Me perdí en el camino de la vida mientras pensaba en usted- Le respondió el supuesto “Kai” con una sonrisa coqueta que no hizo efecto alguno en la mujer. El moreno se sentó en el asiento al lado de Sehun, dándose cuenta del desconocido -¿Y tú quién eres?-

-Mi nombre es Oh Sehun- Se presentó el rubio estirando su mano derecha, intentando verse lo más genial que podía. El otro sonrió levemente.

-Soy Kim JongIn. Puedes decirme Kai-

Por más que lo intentó, no pudo sacarse aquel nombre de la cabeza.

Habiendo terminado la clase, Sehun corrió a contarle a Kyungsoo sobre Kai, sobre su perfección y como sería su nueva víctima. Seguramente su pobre hyung nunca tendría una conversación con aquel sujeto, su hyung era hermoso, pero se notaba que eran de mundos diferentes.

Por esos pensamientos casi se cae de espaldas al ver a Kyungsoo apoyado en los casilleros con Kai a su lado, conversando sobre algo que Sehun no podía escuchar. Kyungsoo al notar a Sehun lo llamó con la mano para que se acercara, el rubio se acercó aún sorprendido.

-Supongo que ya se conocen porque están en el mismo salón, aún así, JongIn, te encargo a mi no querido primo pervertido-

-¡Oye! ¡No soy pervertido! Solo aprecio la belleza con mi sentido del tacto- Se excusó Sehun, siendo ignorado por ambos.

-¿Tú primo? ¿Por qué no lo conocía?- Le preguntó Kai a Kyungsoo.

-Yo supe de su existencia hace menos de una semana. Ahora está viviendo conmigo, no sabes lo horrible que es- Se quejó Kyungsoo poniendo una mano en su rostro con notable agotamiento. JongIn estiró el brazo y abrazó al mayor de los tres intentando darle ánimos –Por cierto… ¿Tienes lo que te pedí?-

-Algo así- JongIn buscó en sus bolsillos hasta que sacó unas pulseras de papel plástico que eran rojas con letras blancas que decían “prensa”  -Con esto podrá entrar y salir cuando quiera, estar en la zona más cercana, ya sabes, la prensa tiene que tener las mejores fotos, ¡Ah! Y también puede ir al backstage-

-JongDae te hará un altar- Kyungsoo sonrió mientras veía las pulseras en su mano -¿Cómo te lo pago?-

-En algún momento lo arreglamos, no te preocupes- Kyungsoo abrazó fuertemente a JongIn antes de irse a buscar a JongDae. JongIn miró como su hyung se marchaba antes de mirar a Sehun –Con que eres su primo… -

-Sí, primo segundo para ser exacto- Dijo Sehun –Parece que eres cercano a Kyungsoo hyung-

-Más de lo que podrías imaginar-

El timbre hizo que la conversación terminara ahí. Además de que la concentración de Sehun no estuviera en la pizarra, si no en el joven que se sentaba a su lado.

Kai. Aquel chico era un misterio que definitivamente iba a descifrar. Kyungsoo y Kai, ambos serían la entretención del año para Sehun. Si lograba que por lo menos uno de ellos entrara a su cama –o mejor dicho a la cama de Kyungsoo- y hacían de todo menos dormir se daría por realizado.

Esa noche Kyungsoo se dio cuenta de que Sehun lo había apresado con brazos y piernas, con lo pesado que era el sueño del menor iba a ser imposible despegarse. Contó hasta el millón y pudo quedarse dormido mientras que Sehun soñaba con hermosos bosques y ciervos.

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JongIn se sorprendió al ver a Kyungsoo afuera del gimnasio del instituto, el timbre de salida había sonado hace unas dos horas pero a JongIn le gustaba quedarse a bailar con Yixing, entre ambos creaban coreografías que después mostraban en los festivales del instituto.

-Hyung, Yixing se fue hace unos momentos- Le informó, ya que el mayor era el tutor del chino en matemáticas. A veces Kyungsoo esperaba a que terminaran de bailar para torturar a Yixing con ecuaciones monstruosas.

-Vengo a buscarte a ti, hace mucho que no pasamos tiempo juntos ¿Estás enojado?-

-No, es sólo que estoy más ocupado que antes. S.M Entertainment hará un casting y quiero participar. Quizás pueda entrar y convertirme en backdancer-

Kyungsoo lo abrazó emocionado. JongIn se mordió el labio para no dejar salir ningún sonido extraño, pero el rosado que adornaba sus mejillas no lo podría esconder.

-¡Eso es maravilloso! Estoy orgulloso de ti- Kyungsoo se separó del menor, tomó su mano y lo condujo hacia la salida –Y si quedas ¿Estarías muy ocupado?-

-No tanto, tres días de semana en la tarde y los sábados hasta medio día. A los que son estudiantes les dan esa flexibilidad- Explicó -¿Cómo está tu madre?-

-Ni me la recuerdes, sus antojos me tienen cansado- Dijo mientras hacía un gesto de agotamiento –Lo bueno es que papá pasa más tiempo en la casa, decidió ir a lugares más cercanos y por menos tiempo en caso de que algo suceda. No puedo esperar a tener a mi hermano entre mis brazos-

-Todo eso es bonito hasta que te vomitan encima- Le comentó JongIn en broma. Él tenía experiencia por su sobrino de un año, JinSoo. Le encantaba aquel niño, pero no era agradable cuando tenía que lavar su ropa y bañarse después de ser atacado por el bebé.

-Lo hace y le haré la vida imposible- Kyungsoo formó un puño al nivel del pecho. Seguían tomados de la mano sin darse cuenta. Era agradable.

-Con solo ser el mayor tienes ese derecho, mis hermanas siguen abusando de ese poder- Se quejó JongIn haciendo un puchero que se veía muy tierno a los ojos de Kyungsoo.

-¿Qué te han hecho?- Le preguntó curioso. Ya estaban llegando a la salida, tenían suerte de vivir hacia el mismo lado. Tomaban el mismo transporte para ir y volver del colegio.

-Me visten de mujer, toman el dinero que he ahorrado, ocupan mis camisas como vestidos cortos, me ocupan de mayordomo, entre otras cosas… -Murmuró JongIn con algo de resentimiento –Pero no importa, yo las amo más que otra cosa en el mundo-

-¿Más que todo?-

Kyungsoo preguntaba porque hace un tiempo comenzó a interesarse por el moreno. Siempre lo encontró lindo, y era muy tierno cuando se avergonzaba, además de que era muy agradable, divertido y ocurrente. Siempre le hacía reír con alguna locura, como cuando obligó a Tao a bailar “Tell Me” de las Wonder Girls en el casino frente a todos.

Lo peor es que les salió muy bien.

-Más que muchas cosas- Se corrigió JongIn.

-¿Cómo que cosas?- Siguió cuestionando Kyungsoo mientras se sentaba en el paradero. JongIn lo imitó sacándose su mochila y poniéndola entre sus piernas.

-¿No estás preguntando demasiado?- Preguntó JongIn para evadir la pregunta, porque no quería responder aquello. La única respuesta sería sus padres y Kyungsoo, pero eso era un secreto para el mayor.

-Si no quieres responder simplemente dilo- Le dijo Kyungsoo cruzándose de brazos, cortando el agarre que habían mantenido hasta ese momento. JongIn abrazó al mayor meciéndolo de lado a lado.

-No te enojes hyung, no te enojes- Le decía con voz de niño pequeño. Kyungsoo ya no estaba enojado, pero quería que JongIn le rogara una disculpa. Era hermoso tener a un chico guapo suplicando un perdón. -¿Qué debo hacer para mi querido hyung no esté molesto conmigo?-

Kyungsoo golpeó suavemente su propia mejilla con su dedo índice. Eso significaba que quería un beso en ese lugar. JongIn se movió un poco inquieto sin romper el abrazo, se acercó al rostro de Kyungsoo y depositó un rápido beso en su mejilla antes de separarse completamente.

-Ah, estoy avergonzado- Dijo JongIn  mientras cubría con sus manos sus mejillas sonrojadas.

Kyungsoo sonrió y agarró una de las manos de JongIn, tirándolo hacia él. Cuando JongIn se dio cuenta el mayor había dejado tres besos en su mejilla, cerca de sus labios.

Un, dos, tres.

-¡Hyung!- Exclamó JongIn levantándose con el rostro como un tomate. Ahora Kyungsoo reía de un demasiado avergonzado JongIn quién solo podía hacer un berrinche digno de un niño de cuatro años.






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