sábado, 17 de enero de 2015

Begin again Capítulo 3: Los ayudantes de Santa.


Navidad, dulce navidad.

JongIn miró con ojos brillantes los regalos debajo del árbol navideño. Amaba la navidad.
Le encantaba sentir la calidez de estar todos juntos, el olor a comida casera que hacía su madre, escuchar las risas de sus familiares. Lo mejor definitivamente era abrir los regalos, porque JongIn era el menor entre los hermanos y a sus 16 años aún no se preocupaba comprar presentes para los demás.

Mentira, JongIn se había preocupado en comprar un regalo, pero suponía que ya no tenía sentido entregarlo.

Sintió unos pequeños bracitos rodear sus piernas y sonrió. Era su sobrino de cuatro años, el hijo de su hermana mayor. Su nombre era JinSoo.

-¡Tío! ¡Cárgame!- Le exigió mirándolo con ojos inocentes. Por la evidente diferencia de alturas, JinSoo tenía que elevar la mirada como si quisiera mirar el techo sobre él para ver a JongIn.

Una de las debilidades de JongIn eran sus sobrinos. No le gustaban mucho los niños, pero eso cambiaba si se trataba de sus sobrinos.

Lo levantó con facilidad, aunque debía admitir que ya no era el bebé con el que podía jugar al avioncito. 

-No lo consientas tanto, después dice que soy mala madre por no llevarlo en brazos cuando está cansado y me amenaza con irse a vivir contigo- Le dijo su hermana sentada en el sofá al lado de su esposo.

-Pero nunca lo puedo consentir- JongIn hizo un puchero mientras abrazaba posesivamente a su sobrino.

-Bueno, entonces juega mucho con él para que se canse y se acueste temprano-

Eso significó tener a dos niños de cinco años jugando y haciendo ruido por toda la casa, JinSoo era uno de ellos, JongIn era el otro. Salieron al patio de la casa bien abrigados y armaron una guerra de bolas de nieve entre ellos.

De alguna forma, toda la familia terminó jugando y lanzándose bolas de nieve, incluso los abuelos de JongIn que para la sorpresa de todos eran muy buenos con la puntería. JongIn tuvo que armar una defensa apresuradamente para no morir en combate.

Finalmente se detuvieron cuando el olor a quemado les avisó que no tendrían pavo para la cena. Pero lo tomaron con humor y prepararon pizza con lo que tenían.

Fue la mejor navidad de todas para JongIn.

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Kyungsoo pasó la navidad en China. Su tía, la que no tenía hijos y lo consentía mucho, lo había invitado a viajar con ella por una semana con todos los gastos pagados. Obviamente dijo que sí.

Quedó maravillado con todo, los edificios, los templos, la comida, en fin, era de ensueño.

-Hey, Kyungsoo. ¿Que tal si vamos a un concierto? Mañana va a haber un festival navideño con varios artistas en un estadio cerca de aquí-

-Bueno, ¿por qué no?-

Y lo mejor de ese día fue que Kyungsoo pudo tomarse una foto con Rain, sin camisa, abrazándolo, pegado a él, luchando por no sonrojarse demasiado mientras miraba a la cámara.

Casi no pudo dormir de la emoción que sintió.

Pero lo mejor, definitivamente fue cuando estaban cenando en un hotel cinco estrellas. 

Mientras comían comenzó un espectáculo navideño donde los mozos comenzaban a bailar al ritmo de la música e invitaban a bailar a los clientes. El mozo más guapo que pudo haber visto Kyungsoo en sus 17 años de vida le tendió la mano galantemente y al poco tiempo se encontraba bailando entre sonrisas coquetas con el mozo.

Cuando volvió a la mesa echándose aire con la mano, su tía lo miró con una sonrisa cómplice y entre sus dedos pulgar e índice sacudió con gracia unas llaves.

Su tía le había regalado un auto.

Un bentley continental para ser específicos.

-Tía, te amo- Le dijo mientras la abrazaba -Haré un altar en tu honor-

-Naa, éste es tu regalo para que me lleves a pasear cuando saques tu licencia de conducir. Todos se morirán de envidia al verme con un chófer tan guapo.- Kyungsoo sabía que bromeaba, pero sí o sí llevaría a su tía a donde quisiera.

-Supongo que el auto está en Corea y no aquí-

-Detalles, detalles-

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-¡Te lo juro! ¡Sus abdominales son reales! ¡Y perfectos! Me enamoré, nunca podré superarlo- Le contaba Kyungsoo a Baekhyun cuando volvieron a clases -Y tampoco podré superar a ese mozo, le tomé una foto a escondidas, a poco y le pedía el teléfono. Era muy guapo, guapísimo, y su sonrisa ¡La hubieras visto! Casi me derrito, y como si fuera poco me invitó a bailar, sus brazos eran increíbles. Me enamoré de él-

-Ya, cálmate, probablemente no lo volverás a ver- Le decía Baekhyun algo envidioso pero feliz por su amigo.

-Si, pero, no sé, me encanta, fue la mejor navidad de mi vida-

-¿Y cuándo podrás ver el auto?- Le preguntó Baekhyun. Ya quería que su amigo se lo prestara algún día para escaparse con su novio.

-La próxima semana. O sea, está en Corea y todo eso, pero mis padres pensaron que el diseño era muy aburrido y lo mandaron a un taller que se especializa en pinturas de autos para que sea "digno de Kyungsoo"- Explicó haciendo las entrecomillas con los dedos.

-Ya quiero robártelo.-

-Sabes que te lo prestaré para cuando quieras escaparte con Daehyun-

-Admítelo, estamos hechos el uno para el otro. No veo la hora en la que me pida matrimonio, y cuando eso pase tú serás mi dama de honor-

-Si, si, lo que tú digas- Hace tiempo que Baekhyun decía eso, pero su novio seguía sin hacerle la pregunta más esperada.

Kyungsoo se levantó junto a Baekhyun para ir a clases, la hora de almuerzo estaba casi por terminar, y nada mejor que buscar al casillero las galletas navideñas que hacía Kyungsoo para después comerlas a escondidas del profesor.

Árboles, estrellas, animales, regalos. Esas eran las formas que tenían las galletas, y cada una estaba decorada de forma exquisita por Kyungsoo.

"Ser amigo de Kyungsoo tiene muchas ventajas" pensó Baekhyun una vez que sacaron la bolsa con galletas del casillero y la ocultaron debajo de su abrigo para que nadie les pidiera.

Mientras se dirigían a su salón pudieron ver a JongIn, Chanyeol y Tao concentrados en la pantalla del celular de Chanyeol quién jugaba alguna cosa.

-¡JongIn!- El aludido levantó la mirada -¡Ven!-

Si hubiera sido otra persona no le habría hecho caso, pero era Kyungsoo así que como si fuera cosa de vida o muerte se dirigió hacia el mayor.

Kyungsoo sacó una bolsa diferente a la que había visto Baekhyun, ésta era celeste y tenía una cinta dorada que la cerraba. Ésta llegó a manos de JongIn.

-Feliz navidad, intenta ocultarlas o te las quitarán- Le dijo Kyungsoo.

-Yo también tengo algo para ti- JongIn buscó entre los bolsillos de su chaqueta hasta dar con una pequeña caja verde -Feliz navidad hyung-

Kyungsoo la recibió y le sonrió al menor antes de seguir caminando junto a Baekhyun. 

Cuando entraron al salón se sentaron en el puesto más lejano al profesor y dejaron la bolsa con galletas en las piernas de Baekhyun, así que cada vez que el profesor escribía en la pizarra ambos sacaban una galleta rápidamente y la comían lo menos notable posible.

-¿Qué te regaló JongIn?- Kyungsoo se encogió de hombros mientras sacaba la caja verde y la abría.

La clase entera miró a Kyungsoo quién se atragantó con la galleta que estaba comiendo.
JongIn le había regalado un colgante de Pororo para su celular.

Cuando las clases terminaron, JongIn abrió el la bolsa que Kyungsoo le había regalado.

Chanyeol alabó la maestría con las que las galletas con diseño de Pororo estaba hechas.

-¿Por qué estás tan sonrojado? Son solo galletas-

JongIn negó con la cabeza mientras se tapaba el rostro con las manos, completamente rojo.


Lo que nadie sabía es que Pororo era el programa que siempre veían, antes y después de hacer el amor.






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