-¡Feliz año nuevo!- Exclamó Baekhyun.
En realidad no era año nuevo, si no el día anterior. Habían
organizado una fiesta en la casa de JongDae invitando a todos los estudiantes
para celebrar el fin de año. En ese momento eran las doce, pero el alcohol en el
organismo de los jóvenes presentes era suficiente como para que ignoraran la
hora, el día, o incluso el año en que se encontraban.
Chanyeol hacía de DJ y era bastante bueno, tenía a por lo
menos tres cuartos de los presentes bailando. Los demás estaban bebiendo,
conversando, algunos coqueteando o comiendo. Kyungsoo había pedido pizza y en
esos momentos se encontraba pidiendo dinero a los invitados para pagarla y
aprovechar de comprar más alcohol. Tao estaba conversando con un grupo de
compañeros mientras jugaban cartas, y el que perdía tomaba un trago de vodka.
Baekhyun y Yixing bailaban con algo de alcohol en su cuerpo, no como JongIn
quién odiaba el sabor de todo licor y prefería demostrar sus habilidades en el
baile.
-¡Llegó la pizza!- En menos de diez segundos las veinte
cajas familiares desaparecieron-¿Cuánto te debo?- Le preguntó Kyungsoo al
repartidor mientras se apoyaba en el marco de la puerta y le regalaba una
sonrisa.
- Es gratis si me das tu número- Le contestó el repartidor
coquetamente.
-No le doy mi número a desconocidos-
-Qué lástima, yo quería conocer a alguien interesante- El
repartidor se lamentó falsamente. Le dijo la cifra a pagar y Kyungsoo contó los
billetes necesarios. Le sobró bastante para comprar más alcohol.
-Si quieres entras y te sumas, no creo que se den cuenta- Le
ofreció ya que el otro no parecía superar los veinte años. El repartidor se
sacó el polerón y el jockey que eran parte del uniforme y los dejó guardados en
su moto. Le dio una sonrisa a Kyungsoo antes de entrar y tomar una cerveza
perdiéndose entre la gente.
-¡Kyungsoo!- Ese era JongDae, el dueño de casa. -¿Por qué no
bailas?-
-Voy a comprar más alcohol, pero necesito que me acompañes.-
Le dijo tomándolo de la manga y llevándolo afuera de la casa.
-No tengo tanto dinero- Le dijo JongDae. Kyungsoo le mostró
la enorme cantidad de billetes en el bolsillo de su pantalón -¿De dónde sacaste
tanto?-
-Robé un banco- JongDae lo miró con los ojos bien abiertos
–Amenacé a los invitados con envenenar sus bebidas si es que no colaboraban
monetariamente, y ya sabes, algunos se asustan fácilmente.-
-Eres único Kyungsoo- Alabó JongDae caminando a su lado.
Como era tarde, no había gente en las calles. Casi se podía escuchar el
silencio.
-¿Vino Minseok?- Le preguntó Kyungsoo a su amigo. Él negó.
-Dijo que no podía arriesgarse a perder la oportunidad de ir
a ver a Dong Bang Shin Ki- Se quejó JongDae. –Ya sabes, es su grupo favorito y
quiere estar lo más cerca posible. Si se porta bien sus padres lo dejarán ir,
como Minnie es tan obediente no se atreve a ir sin que sus padres estén de
acuerdo. Incluso tiene dinero suficiente para la entrada V.I.P-
-¿Irá solo?- JongDae asintió -¿Por qué no te ofreces a
acompañarlo?-
-No tengo el dinero, y creo que sería un poco sospechoso que
lo acompañara siendo que no me gustan-
-¿No te gusta Dong Bang Shin Ki?- Preguntó Kyungsoo
incrédulo.
-No es que no me gusten, es que sus fans me dan miedo. No
quiero estar ahí-
JongDae tenía un buen punto.
Llegaron a la botillería y compraron las bebidas que
pudieron. El regreso fue tranquilo, a excepción con las quejas de cada uno ya
que las botellas eran pesadas y no les permitía ver por dónde pisaban. Patearon
la puerta para entrar a falta de manos.
-Kyungsoo, acompáñame a mi habitación. Ahí dejaremos las
bebidas-
Y así fue, aunque a Kyungsoo le extrañó que JongDae las
dejara en su habitación en lugar de repartirlas. Una vez ahí las dejaron en el
piso.
JongDae le pasó una lata de cerveza –Toma, no te preocupes
por las demás bebidas. Quiero guardarme algunas y además tengo que ver unos
cuantos detalles de dueño de casa. Tú vuelve, ya te alcanzaré más tarde-
Kyungsoo volvió a la fiesta extrañado por el comportamiento
de su amigo, pero se olvidó de ello rápidamente y se acercó a un grupo de
compañeros. Minutos más tarde pudo ver a JongDae y el alcohol recién comprado
en las manos de los invitados. JongDae se sentó junto a Tao y se sumó a los
juegos con otros ocho chicos. Kyungsoo conversó con algunas compañeras antes de
animarse a bailar.
Era una fiesta increíble.
Y de pronto, uno a uno comenzaron a caer todos dormidos.
Daba miedo, era como si un virus zombie se propagara e
hiciera que todos cayeran al suelo en un profundo sueño. Y cuando Kyungsoo les
avisó a las personas cercanas, habían por lo menos veinte personas dormidas.
Buscó a JongDae para que ayudaran a los caídos pero éste
también estaba en esas condiciones, Tao estiró una mano hacia Kyungsoo antes de
caer rendido. Plan B, Baekhyun. Baekhyun estaba dormido en el suelo, apoyado en
Yixing. Todos los que estaban en la pista dormían, incluso Chanyeol que estaba
dormido en la escalera para llegar a los controles de música.
Kyungsoo miró a su alrededor y no encontró a nadie de pie.
Todos estaban dormidos excepto él.
-¿Qué mierda pasó aquí?-
Ese fue como el canto de los ángeles para Kyungsoo. Además
de él, JongIn parecía ser el único que se mantenía en el mundo de los
despiertos. Corrió hacia él y lo abrazó.
-JongIn, no tienes idea de lo asustado que estoy ahora
mismo- El moreno frunció el ceño. –De pronto comenzaron a quedarse dormidos, en
un abrir y cerrar de ojos ya estaban todo así-
-Ya veo… -JongIn miró a su alrededor. Todos dormían en
extrañas posiciones, no necesariamente cómodas o dignas de ver. Movió con su
pie a uno de los chicos que estaban durmiendo en el suelo cerca de él. Nada.
Alargó su brazo y tomó un vaso con cerveza, dudó un poco en tirar el contenido
en la cabeza de una chica que estaba cerca, pero finalmente lo hizo. –Parece
que no despiertan con nada-
-¿Qué vamos a hacer?- Preguntó Kyungsoo separándose del
moreno y comenzando a caminar en círculos. JongIn miró con algo de lástima como
con cada paso golpeaba a una persona. -¿Qué vamos a hacer? ¿Qué vamos a hacer?
¡Todo esto es mi culpa!-
-Hyung… - Kyungsoo se detuvo –Tú no tienes la culpa,
tranquilízate. Están todos vivos, sólo que dormidos. Lo mejor será cuidarlos y
esperar a que despierten-
Kyungsoo suspiró.
–Tienes razón-
Entre ambos acomodaron a los jóvenes durmientes. Tuvieron
que arrastrar a la mayoría, los pusieron en el suelo, uno al lado del otro.
Desde arriba parecían sardinas en una lata.
Tomaron todas las mantas que
encontraron y taparon a sus compañeros, estaban en invierno y no se
arriesgarían a que la calefacción de JongDae los mantuviera a todos cálidos.
Cuando terminaron eran cerca de las tres de la madrugada.
-Y ahora, ¿qué hacemos?- Preguntó Kyungsoo algo sudado por
el esfuerzo, con las manos en la cintura. JongIn se rascó la nuca pensando un
momento, chasqueó los dedos cuando recordó que quedaba pizza en la cocina.
-Comemos pizza y vemos una película, o algo, para
mantenernos despiertos-
Fueron hacia la cocina y buscaron entre las cajas alguna
pizza que quedara. Para fortuna de ellos, quedaba una entera que calentaron en
el microondas. Kyungsoo encontró chocolate y aprovechó para hacer chocolate
caliente para ambos.
-¿Sabes? No entiendo porqué nosotros seguimos despiertos- Le
comentó Kyungsoo a JongIn, el moreno estaba preparando una bandeja con platos,
servicios, tazas, servilletas y un termo para poner el chocolate. -¿Has comido
algo?-
-Comí un poco de pizza, después comí unos pastelitos que
habían, me robé una crema chantillí que estaban junto a las frutillas, después fui al baño porque mi mamá me llamó
para decirme que mi hermana estaba enferma y que la iría a acompañar. Cuando
volví todos estaban en el suelo- Le explicó JongIn concentrado en lo que hacía.
-Yo no he comido nada, tomé un par de tragos, fui a comprar
más alcohol con JongDae, volvimos, tomé otra cerveza y… - Algo hizo “click”
-¡JongDae! ¡Fue ese imbécil! ¡Debió ponerle algo al alcohol que compramos, por
eso me dio una cerveza antes que a los demás! ¡Y tú no bebes! ¡Por eso los dos
estamos despiertos!-
Kyungsoo dobló la cuchara de metal que estaba entre sus
manos. Su sangre estaba en su punto de ebullición. La parte asesina del mayor
comenzaba a subir lentamente, al igual que su puño. ¿Cómo ese estúpido camello
retrasado de JongDae había podido drogar a todos los invitados? Kyungsoo
comenzó a contar hasta el millón para no matar a su amigo en esos momentos.
-Ya veo- Esa fue la asombrosa colaboración de JongIn.
El mayor se giró molesto, se encontró con el rostro
tranquilo del moreno. Se acercó hacia él después de bajar la llama del quemador
que calentaba el chocolate.
-¿”Ya veo”? –Dijo con ironía –Hay por lo menos sesenta personas
inconscientes en el suelo de ésta casa… ¿Y todo lo que dices es “Ya veo”?-
JongIn se acercó a él y lo abrazó, Kyungsoo intentó alejarse
pero los brazos del moreno lo atraparon antes. Intentó liberarse pero con cada
movimiento JongIn lo apresaba más. Se rindió y después de unos momentos apoyó
su cabeza en el hombro del menor.
-Lo siento- Murmuró.
-Estás estresado hyung, es normal que lo estés porque muchas
veces tiendes a tomar grandes
responsabilidades. Hyung, escúchame, en éstos momentos no podemos hacer más,
será mejor que nos relajemos y esperemos a que todos despierten. Entre todos
podremos llegar a una solución.- Kyungsoo asintió -¿Qué tal si vemos una
película?-
JongIn liberó a su hyung, éste apagó el chocolate y caminó
hacia la habitación de JongDae.
-Traeré la tablet de JongDae- Avisó en voz alta. JongIn
aprovechó para buscar una cuchara y probar un poco de chocolate a escondidas
(porque a Kyungsoo le molesta que toquen sus preparaciones), sin embargo
terminó quemándose la lengua porque el chocolate estaba muy caliente. Al
escuchar que Kyungsoo volvía dejó la cuchara en el lavaplatos y aparentó buscar
cosas en la almacena -¿Qué haces?-
-¡Hyung! ¡Encontré malvaviscos!-
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¿Cómo llegaron a esa situación?
Eran casi las seis de la mañana, JongIn estaba acostado a lo
largo del sillón y sobre él estaba Kyungsoo apoyado entre el respaldo del
sillón y el pecho del mejor. Estaban tapados por una manta, a sus pies estaba
la caja de pizza vacía junto a la bandeja con los servicios, platos y tazas
sucias. No quedaba chocolate, los demás aún no despertaban y las lágrimas
amenazaban con caer.
JongIn abrazó a Kyungsoo y escondió su rostro en su cuello,
comenzando a llorar en silencio. El mayor se limpió una lágrima, pero después
no hubo caso, porque muchas le siguieron. Aún con la vista nublada, Kyungsoo
siguió viendo la película.
Quizás había sido una estupidez ver “La vida es bella”.
-¿Por qué termino así?- Se quejaba JongIn limpiándose las
lágrimas una vez que Kyungsoo apagó la tablet y la dejaba a un lado. -¿No se
supone que es un final feliz? ¿Por qué la llamaron “La vida es bella” si sufren
tanto?-
-Supongo que es porque a pesar de todas las situaciones que
vivimos, la vida siempre tiene algo bello que mostrarnos. A pesar de estar en
ese lugar, ese hombre hizo todo lo posible para ocultar la verdad a su hijo,
para que viviera sin los horrores de ahí. ¿No crees que es una hermosa muestra
de amor?-
-Sí, es hermoso. Pero no merecía morir, y aún cuando él lo
sabía, hasta el final continuó su actuación para su hijo… - JongIn suspiró –Me
alegro de vivir en ésta época. Si estuviera en un campo de concentración,
probablemente decida matarme tarde o temprano-
-Pero estás aquí, conmigo, y con otros muchos adolescentes
drogados- JongIn rió suavemente.
-Gracias por estar a mi lado- Kyungsoo le acarició el
cabello con cariño –Muchas parejas que terminan se alejan, o se odian. Pero yo
no quiero alejarme de ti, no quiero que me ignores, tampoco quiero que dejes de
hablarme-
-No lo haré, estás demasiado metido en mi vida, no puedo
sacarte de ella. Nunca podría olvidar al bailarín que se comporta como niño
pequeño- Kyungsoo golpeó suavemente la mejilla de JongIn. –Hablando de eso,
¿Cómo vas en la agencia?-
JongIn hace un año había sido aceptado en una gran agencia.
Había entrado por sus habilidades en el baile, y como era guapo, los ejecutivos
pensaron que les serviría mucho como pareja masculina para algunas artistas.
Entrenaba lunes, miércoles, jueves y sábados en la mañana junto a otros
bailarines de su edad.
-Bien, nos han dicho que si superamos sus expectativas,
tendríamos la posibilidad de aparecer en un video musical como bailarines.-
Kyungsoo sonrió.
-¡Eso es maravilloso!- El mayor lo abrazó emocionado de que
el moreno que amaba bailar tuviera la oportunidad de cumplir su sueño.
El sonido de la puerta principal los hizo separarse. Se
levantaron intentando no pisar a nadie –igualmente lo hicieron pero la
intención es lo que cuenta- y casi se caen al suelo de la impresión al ver al
padre de JongDae en el umbral de la puerta. El hombre miraba incrédulo a los
jóvenes que dormían en el suelo. Cuando salió de su impresión logró encontrar a
Kyungsoo quién se había quedado congelado con JongIn detrás de él.
-¿Qué mierda pasó aquí?-
Si antes fueron las voces de los ángeles, ahora esa frase
parecía más una sentencia de muerte.
-Larga historia- Dijo Kyungsoo.
-Nosotros somos inocentes- JongIn tomó la mano de Kyungsoo y
tiró de ella –Con su permiso, nos vamos- Dijo mientras abría una ventana y
salía por ella seguido de Kyungsoo.
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